El equipamiento varía en función del tipo de turismo acuático, de las características de la ruta y de la embarcación. Sin embargo, algunos equipos son esenciales para cualquiera que planee un viaje acuático:

• Chaleco salvavidas. No importa si sólo sabes nadar «a salto de mata» o si ayer ganaste una medalla olímpica de crawl de espalda. Si te golpeas la cabeza y pierdes el conocimiento, las habilidades no servirán de nada, por eso los chalecos salvavidas son obligatorios cuando se hace rafting en el agua.
• Casco. Las empresas comerciales que ofrecen rafting, exigen a los participantes que lleven cascos ligeros. Al autoorganizarse, muchos turistas ignoran la protección de la cabeza. Vano: las lesiones en la cabeza son una de las más comunes en el agua.
• Conjunto impermeable o traje de neopreno. Resulta útil para una larga caminata: se seca casi al instante.
• Zapatos ligeros cerrados. Descalzo en los remos no se siente y, desde luego, no salte al agua, a menos que no se dedique al turismo acuático en aras de un extremo máximo al borde de la estupidez. Lo mejor para la seguridad: zapatillas de agua cerradas o zapatillas de deporte con ventilación.
• Ropa de abrigo: jersey y calcetines. Tal vez esté haciendo rafting en agosto y la temperatura se acerque a los treinta grados centígrados. Pero siempre hace frío cerca del agua por las tardes, corres el riesgo de resfriarte con cualquier tiempo.
• Un saco de dormir impermeable y una mochila. ¿No quieres dormir en un saco de dormir mojado en una excursión de varios días?
• Guantes. Protégete las palmas de las manos de las ampollas sangrientas. Un remo puede parecer muy ligero cuando estás remando, pero durante unas horas de remo puedes tener las manos doloridas y la piel agrietada.
• Bolsas herméticas. En ellos debes empacar medicinas, documentos, teléfono, linterna, ropa seca, repelente, fósforos y toallas.

Campaña de seguridad en el agua

La principal característica de las aleaciones es que siempre están asociadas a riesgos. Porque estás en el agua, y para ahogarte, basta con que el nivel del agua te llegue a la rodilla. Las aguas bravas, en cambio, suponen un riesgo mayor. Todo irá bien si tratas tu afición con responsabilidad: no olvides el chaleco salvavidas y el casco, no te metas en el agua solo, aprende los primeros auxilios básicos.

Recuerda: el principal peligro está bajo el agua, no sobre la superficie. Puede haber un peñasco, un rápido o un remolino que te arrastre hacia abajo. Ten cuidado, no te arriesgues. Los ríos alpinos son fríos y rápidos, en tales aguas llega rápidamente la hipotermia. Pero incluso si practica el rafting en una tarde de julio a lo largo de un lecho plano, no subestime el factor de la hipotermia: se producirá de todos modos si permanece en el agua el tiempo suficiente.

Apréndase la ruta de antemano. Cuida la comida y la bebida durante el tiempo que dure el viaje. Y lo más importante: mantener la compostura en situaciones críticas. El pánico en el agua es mucho más peligroso que los rápidos y los remolinos.