Consejos acrobáticos
Pablo
López
- Experto Aventurarse
El
parapente es un deporte muy joven. Las posibilidades
que brinda y los límites se están descubriendo
todos los días. También hay muchas lagunas,
las que se van cubriendo día a día con
nuevos conocimientos y con la transmisión de
esos conocimientos por la enseñanza. Una de las
modalidades más nuevas y que genera, sin dudas,
más goce estético y sorpresa es la acrobacia.
La acrobacia produce una fascinación muy especial.
También es verdad que se la suele ver, muchas
veces, como una modalidad extrema de vuelo en parapente.
Es más: si al parapente se lo cataloga como Deporte
Extremo, ¿qué se puede decir de la acrobacia
en el aire? Sin embargo, hay este pensamiento está
alimentado por ideas falsas.
Practicar
maniobras en parapente no es una "locura".
Es algo que se puede aprender de forma metódica.
Lo único indispensable es saber volar. Lo siguiente
es tomar la cosa seriamente y lo último es saber
que hay que respetar los tiempos y no pretender dar
pasos de más. Además, no es necesario
dedicarle la vida a eso para permitirse la posibilidad
de vivir la acrobacia en parapente desde adentro y con
seguridad.
Es una sensación
que a mí me atrapó y lo hace todos los
días. Al que vuela, además, le puede brindar
un plus muy importante como es el de tener nuevos recursos
bajo la manga, para el vuelo en general.
La seguridad vuela en parapente
La acrobacia, en principio, puede generar mayores riesgos
que el vuelo normal. Pero una vez que se conoce la actividad
es exactamente al revés. Cuando se adquieren
los conocimientos aparecen, entonces, muchas más
opciones para actuar en una situación turbulenta.
Pero,
en cualquier caso, ese conocimiento debe ser gradual,
de modo que el riesgo inicial se reduzca a la mínima
expresión. En definitiva, el mayor de los peligros
es el desconocimiento. La introducción al tema
debe realizarse por medio de cursos con profesionales,
para aprender a hacer lo que corresponde en el lugar
y momento adecuados. Es frecuente que la persona que
ya vuela quiera aprender a realizar las maniobras sin
ayuda de terceros. Eso no es recomendable. Es necesario
que alguien oriente al piloto sobre qué hacer,
cuándo hacerlo y cómo hacerlo.
Algo importante es aprender a respetar el entorno y
la altura. La altura da posibilidades de abrir el paracaídas
de reserva. Éste necesita tiempo para abrirse
y ese tiempo se lo da la altura. Por ejemplo, con 60
metros hay un riesgo real de que no llegue a abrirse.
En cambio, a 1.000 metros la cosa cambia. A la vez,
en las maniobras de acrobacia se pierde altura muy rápidamente,
por eso antes y después de cada maniobra es indispensable
abrir bien los ojos, ubicarse y reconocer el entorno.
Por
esto es conveniente, también, realizar las maniobras
arriba del agua y con una lancha de rescate. El acróbata
de mucha experiencia suele volar sobre montaña
y a veces, incluso, se acerca considerablemente al suelo.
Esto puede llevar a confusión y se corre el riesgo
de pensar "¡Ey, en esas condiciones lo puedo
intentar!" Sin embargo, se incurriría en
otro error. Ese profesional debió practicar durante
largo tiempo a 1.000 metros, para lograr con el tiempo
un descenso paulatino de la altura. Por más fascinante
que resulte, no debe prestar a imitación, sino
a un aprendizaje serio y metódico.
Otro punto importante es la presencia de público.
Todo aquel que hace acrobacia, quiere mostrarla. Esto
es comprensible ya que ésta combina voltaje con
estética. Pero no hay que dejarse influir por
la gente que mira. Eso puede llevar a tomar decisiones
apresuradas y erróneas.
Además,
hay que tener un método y plantearse de antemano
"qué maniobra es la que voy a realizar".
La rutina debe armarse primero en la cabeza. Luego hay
que buscar altura, ubicación y concentración.
Es ahí cuando llega el momento de encarar lo
que se planificó.
Por último, se deben respetar los límites.
Si una maniobra no sale, no hay que empecinarse en continuar
a toda costa. Tampoco hay que apresurarse en hacer maniobras
más y más difíciles más
difíciles cuando algo salió bien. El secreto
es ir poco a poco.
Una síntesis
al vuelo
El
camino para aprender adecuadamente es siempre el de
ir paso a paso, de forma progresiva. La importancia
de esto reside en su objetivo que reside en combinar
el aprendizaje de la acrobacia con un máximo
de seguridad en vuelo. Como verán, el tema de
la acrobacia es amplio y abarca cuestiones aún
por descubrir. Pero esto no debe suponer una limitación.
El piloto que no desarrolla este tipo de conocimientos,
siempre tendrá menos recursos en términos
de seguridad que el que sí se tomó el
trabajo de aprender de forma adecuada las técnicas
de maniobra en el parapente que brinda la modalidad
de la acrobacia.
Como síntesis lo que puedo decir es que me gusta
volar y que es para mí una pasión, pero
ejerzo esa pasión con un máximo de responsabilidad.
Desde hace mucho tiempo, también me dedico a
transmitir mis conocimientos, a compartirlos con los
pilotos que desean progresar, afianzarse y ganar en
seguridad sobre el aire.
Muchas
veces los pilotos vienen tranquilos y confiados cuando
saben que van a hacer un Curso de Seguridad. Si, en
cambio, les digo que el curso es de acrobacia o maniobras
suelen asustarse bastante. Ah, me olvidaba. Estoy hablando
de lo mismo, exactamente lo mismo.